Los grupos parlamentarios de la Cámara Baja se pusieron de acuerdo para sacar adelante una iniciativa del PSOE que fue corregida por PP y CiU mediante una enmienda transaccional con los socialistas para subrayar la necesidad de combatir los regímenes autoritarios y los problemas sociales de la región.

El texto aprobado emplaza a Zapatero a "continuar los esfuerzos diplomáticos necesarios para que las Cumbres Iberoamericanas se conviertan en un referente esencial para la lucha contra la miseria y la pobreza extrema y la promoción y estabilización de la democracia".

Asimismo, reclama al presidente español que promueva ante los jefes de gobierno y de Estado de Iberoamérica "la defensa de los derechos y libertades fundamentales como pilares básicos de la libertad, la seguridad y el bienestar de todos los ciudadanos, mediante el respeto mútuo, el diálogo constructivo y el respeto a los derechos humanos, incluidos los sociales".

El diputado socialista Jordi Pedret destacó que el acuerdo incluye un compromiso para que el Gobierno informe puntualmente a partir de ahora "del desarrollo y los resultados" de estas citas internacionales, con el fin "de que trascienda su carácter de acontecimiento puntual" y su condición de "espacio continuo de diálogo y concertación".

Por su parte, el portavoz del PP en la Comisión de Exteriores, Gustavo de Arístegui, incidió en que la Cumbre Iberoamericana debe servir para "poner el acento" en la necesidad de luchar contra las "ideologías de carácter totalitario" que existen en algunos de los países miembros y que "ponen en duda la libertad".

En concreto, se refirió al gobierno venezolano de Hugo Chávez para denunciar su amenaza de intervenir militarmente en aquellos estados que no respalden su proyecto político en las elecciones de noviembre.

El diputado de CiU Jordi Xuclá siguió la misma línea de Arístegui al entender que la comunidad iberoamericana "merece ser una comunidad de valores" y, como tal, debe trabajar para llevar la democracia a todos los países y garantizar "los derechos políticos más básicos".

Finalmente, el portavoz adjunto de Esquerra Republicana de Catalunya, Joan Tardá, sacó a relucir el incidente del año pasado entre el Rey de España y el presidente de Venezuela, en el que don Juan Carlos mandó callar a Hugo Chávez.

Tardá arremetió contra el "papel un tanto lamentable" que jugó el Monarca y que, en su opinión, sólo sirvió para visualizar la "prepotencia" con la que España trata a los países Iberoamericana, lo cual "no nos conviene", advirtió.