En su discurso, Marín recordó que, como "ciudadana, mujer y diputada, Clara Campoamor luchó casi en soledad en un Hemiciclo hostil por la igualdad entre hombres y mujeres, defendiendo que, porque 'los sexos son iguales, por naturaleza, por derecho y por intelecto', debía aprobarse el sufragio universal".

Desde entonces, agregó, "la presencia y la participación política de las mujeres se ha multiplicado exponencialmente", ya que en la Cámara de 1931, compuesta por 465 miembros, sólo eran mujeres el 0,64 por ciento de los parlamentarios, concretamente Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken, que se sumó iniciada la legislatura.

"Hoy, sobre una Cámara de 350 miembros hay 126 mujeres, es decir, un 36 por ciento", prosiguió, "Se ha avanzado mucho, es cierto, pero todavía queda mucho por hacer", y las Cortes Generales siguen trabajando para ello, como muestra la Ley de Igualdad, cuyo dictamen se aprobará mañana.

Por su parte, Javier Rojo resaltó que el de hoy "no debe ser sólo un acto de homenaje, ni siquiera sólo de reivindicación, de reconocer para la historia el lugar que les corresponde a las mujeres que han estado siempre en el corazón de las grandes transformaciones sociales y políticas. Y con ellas, el lugar preeminente de Clara Campoamor".

"Hagamos un acto de reparación. Restablezcamos lo que nunca debió dejar de estar en la historia constitucional española. En los salones de las Cortes Generales, en las salas del Congreso y del Senado: el espíritu de una mujer excepcional, valiente, solidaria, luchadora y gran parlamentaria", agregó.

El presidente de la Cámara Baja descubrió, junto a la diputada socialista y ex ministra Carmen Alborch, un busto de Clara Campoamor, obra de la escultora Marina Núñez.

Por su parte, el presidente de la Cámara Alta y la senadora María Antonia Martínez presentaron un mural realizado por el artista José María Cano, que se exhibirá en una sala del Senado que llevará el nombre de Clara Campoamor.