La carta obedece a la expulsión del sindicato de Francisco Javier Fernández Casas, "Kiko", miembro del comité de empresa de Renfe, secretario provincial de Córdoba de la Federación de Transporte y Comunicaciones y miembro de la Ejecutiva de CCOO en Andalucía.

Según Moreno, la expulsión, "sindicalmente injusta, ilegal y formalmete impresentable", se produce por la convocatoria hace año y medio (abril de 2002) de una huelga en Telefónica, a petición de la sección sindical de CCOO de Córdoba, que "Kiko" llevó adelante en su condición de secretario provincial de la federación de Comunicaciones.

"Sólo te pido que pienses en esto: antes, por convocar una huelga, te despedían las empresas, ahora, te expulsa el sindicato. ¡Qué vergüenza, Fidalgo, qué vergüenza!", dice Moreno.

Estas discrepancias, que se producen en pleno perioo precongresual en CCOO -el sindicato celebrará el congreso el próximo mes de abril-, se suman a las generadas en uniones como la de Valladolid, que ha sido intervenida y puesta bajo control de una gestora. En este caso, estaba liderada por un afín a Rodolfo Benito, el tercero de los candidatos que optarán, junto a Moreno y Fidalgo, a la Secretaría General en abril.

"¿Alguna vez vais a dejar de reprimir a los que tenemos otra sensibilidad?", le pregunta Moreno a Fidalgo en la carta. "¡Qué lástima de sndicato el que se construye desde la represión de los aparatos y la mediocridad de los dóciles. Qué pena dan los que se consideran dirigentes y actúan como martillos de herejes para mantener su mayoría!", prosigue.

"Se ha abierto el debate congresual y, cuando debería de haber reglas de juego limpias para que los afiliados decidan sus apoyos libremente, os dedicáis a expulsar a los críticos con vuestra gestión, a intimidar, a meter miedo, a cercenar el debate", arguye Moreno.

"¿Así pensáis ganar l Congreso? ¡Qué demócratas! Por eso me hace gracia cuando proclamas en foros como el Club Siglo XXI -hace un mes y medio y sobre el Plan Ibarretxe- que hay que defender la democracia de sus enemigos declarados u ocultos. ¡Pero si tú no defiendes ni respetas la democracia en CCOO!", lamenta el líder de los críticos.

En su opinión, "hace falta un poquito de grandeza y de sentido común para poner fin a la crisis en CCOO y sólo quien la tenga podrá liderar el sindicato. Un secretario general debe actuar emocráticamente, cohesionar a toda la organización y ser capaz de colocar al sindicato en condiciones de defender los intereses de los trabajadores".