En un emotivo discuro ante el plenario del VII Congreso de CCOO, en el que sin embargo no ahorró palabras muy duras hacia el sector crítico, Gutiérrez espetó a Moreno: "Yo he cumplido mi palabra, ¿por qué no cumples tú la tuya?, ¿por qué no nos vamos tú y yo y dejamos a estos compañeros que discutan hasta la saciedad sobre el sindicato?".

El secretario saliente aseguró que la "inmensa mayoría" del sindicato siempre ha mostrado una postura críticas hacia la gestión diaria de la Ejecutiva, y que estas opiniones se han incoporado a la misma y han contribuido a fortalecerla.

Gutierréz solicitó a Moreno que se tome la Semana Santa como plazo para reflexionar sobre esta situación y le pidió que no siga "abundando en una bilis perniciosa e insustancial que no llega a nada", afirmación que fue abucheada por los delegados del sector crítico. El aludido, por su parte, permaneció impertérrito.

Asimismo, reprochó a este sector que haya utilizado el nombre del fundador de CCOO, Marcelino Camacho, como "arma arrojadiza". Negóque él le haya descalificado alguna vez: "Le respeto muchísimo más que algunos que dicen quererlo tanto y han manoseado su nombre", señaló.

Recurriendo a la letra de un bolero, el secretario general añadió que sería mejor que él y Moreno "dejen al sindicato sin estrellas", porque de otro modo "sería más inmensa la tristeza de que perdamos un amor".

En la que fue su última alocución pública al sindicato como secretario general, Gutiérrez se despidió de los delegados y les agradeció su trabajo, recrriendo a un conocido poema de Miguel Hernández. La gran mayoría de los asistentes, en pie, le dedicaron una larga ovación, ante la indiferencia de los críticos, que permanecieron en sus asientos.

Tras el discurso, el 73% de los delegados votó a favor de la gestión de Antonio Gutiérrez, mientras que el 27% (los críticos) votó en contra. El resultado fue de 684 votos favorables, 253 contrarios y 6 abstenciones.