Tras haber realizado pruebas de laboratorio con animles, el equipo del doctor Sohail Khattak estudió los casos de 125 mujeres que en sus lugares de trabajo estuvieron expuestas en los tres primeros meses de embarazo a los disolventes más comunes y a niveles tan fuertes que les causaban irritación en los ojos.

Los datos de estas trabajadoras fueron contrastados con los de otras 125 mujeres que fueron expuestas a agentes que no causaban daños.

Los investigadores registraron 13 casos de malformaciones en el feto, entre las mujeres del primer grupo, cmparado con sólo un caso en el segundo grupo. Los problemas incluían sordera, defectos neurológicos y anomalías físicas.

Los disolventes estudiados, como los que se utilizan en fábricas, laboratorios, talleres gráficos, entre otros, pueden pasar al feto a través de las membranas, incluida la placenta.

Por esta razón, los especialistas canadienses han hecho un llamamiento para que las mujeres embarazadas no se expongan a estos compuestos.