Los hechos ocurrieron en las primeras horas de la madrugada de ayer domingo, cuando Xosé N.A. arrastró a la joven hasta ese descampado, después de mantener una discusión, y le disparó un tiro en la cara y otro en un costado con una escopeta de caza.

Cuatro horas después, en toro a las seis de la madrugada, el presunto asesino llamó a la Guardia Civil y se declaró autor de la muerte. Poco más tarde, se entregó voluntariamente y entregó el arma del crimen.

El hecho de que esa noche se celebrará fiesta en un barrio cercano al del suceso pudo ser la razón de que los disparos no llamaran la atención.

El detenido es vecino de Baralla (Lugo), soltero y, según fuentes vecinales del barrio donde trabajaba la víctima, quería que Eva abandonara la prostitución. Según estas fuente, incluso había llegado a amenazarla advirtiéndole que si no era suya no sería de nadie.

Eva Magallaes da Silva tenía 22 años, era natural de Oporto y trabajaba, junto con una hermana, en un bar de alterne del barrio chino de Lugo.