El pasado día 4 alrededor de medio millar de peces, que desprendían un fuerte olor a disolventes, aparecieron muertos en el río Tajo a su paso por la localidad de Aranjuez (Madrid).

Las primeras investigaciones realizads por la confederación hidrográfica apuntan la posibilidad de que algunos compuestos organocíclicos, como el xileno, el tolueno o el benceno, pudieran motivar la mortandad masiva de peces.

No obstante, las autoridades comptentes permanecen a la espera de que los dos laboratorios que están analizando algunas de las carpas afectadas concluyan sus trabajos.

El presidente del confederación del Tajo, Enrique Noain, ha asegurado que harán "todo lo que esté en nuestra mano para identificar al culpable oculpables de este vertido y, si ello fuera posible, ponerlos a disposición de la justicia".