Tras subirse uno encima del otro y coger los canarios, ambos se dieron a la fuga, pero fueron interceptados por la Policía, quien, tras detenerles, devolvió las aves a su dueño.

La Audiencia Provincial de Cádiz condeó a cada uno de ellos a tres años, seis meses y un día como responsables de un delito de robo con fuerza, en dependencia de casa habitada, con el agravante de reincidencia.

Los recurrentes sostenían que no se había probado que la jaula estuviese dentro de la terraza, ni que hubiesen accedido al interior de la vivienda, argumento que es rechazado por el Alto Tribunal, por entender que el balcón forma parte integrante de los pisos.

Además, el Supremo añade que ambos acusados entraron "por vía insólta o desacostumbrada" en la vivienda, es decir, mediante "escalamiento", lo cual es "una de las modalidades que permiten calificar un hecho como delito de robo con fuerza en las cosas y no como delito o falta de hurto".