Diez de los condenados no irán a la cárcel al serles aplicada la remisión condicional de la pena, ya que se les ha condenado a penas de entre tres meses y un año de prisión.

El otro acusado ha sido condenado a dos años de cárcel, ya que era reincidente, pero tampoco deberá ingresar en prisión, ya que cumplirá la sentencia en un centro de rehabilitación.

Además, entre los one condenados deberán pagar la cantidad en que fueron valorados los daños ocasionados en el Ayuntamiento. Todos han sido condenados por un delito de desórdenes públicos y dos de ellos también lo fueron por un delito de ultraje a la bandera.

La pena más alta recayó en un joven toxicómano, ya que cuenta con antecedentes penales e intentó derribar la puerta de acceso al consistorio bilbaíno y lanzó cohetes, piedras y botellas contra la fachada del edificio consistorial.