El tribunal ha condenado a Gabriel Gilabert Santiago a 12 años de cárcel mayor por 5 delitos de detención ilegal, uno de quebrantamiento de condena y otro de lesiones; y a Gabriel Torres y Pedro Gallego a 10 años, 8 meses y un día, respectivamente, po los mismos delitos. A los otros 8 internos la sentencia les ha impuesto penas entre 3 meses y un mes y un día de arresto.

Los hechos sucedieron el 23 de julio de 1992, cuando huyeron de la cárcel de Lérida 13 presos, de los cuales uno todavía continua en paradero desconocido y otro fue extraditado a su país.

Los tres cabecillas de la huida masiva amenazaron con un cuchillo de fabricación casera a un funcionario de la cárcel en el patio penitenciario y le obligaron a conducirles al taller de manulidades, donde intimidaron a los educadores.

Después de apoderarse de una carretilla elevadora, Gilabert, Torres y Gallego accedieron a una ventana de la que serraron los barrotes para saltar a la calle. Un total de 10 de los 74 presos que se encontraban en el taller huyeron tras ellos.

En el juicio, celebrado la pasada semana en Lérida, Gabriel Gilabert se declaró único responsable de los hechos y exculpó a los otros dos cabecillas.