El ministerio fiscal había solicitado esta condena de siete años para el acusado como autor de un incendio forestal en eltérmino municipal de Valldemossa en el mes de agosto de 1993.

La vista contra él se celebró el pasado 6 de junio en la Sala Primera de la Audiencia Provincial de Palma de Mallorca, presidida por el magistrado Guillem Vidal, que hoy es presidente del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña.

En la vista oral el autor del incendio negó los hechos, pese a que reconoció en su primera y segunda declaración ante la Guardia Civil haber prendido fuego en el lugar donde se declaró el siniestro.

Mate Cunill declaró en su día que aquellas manifestaciones las hizo bajo coacciones y pactadas con el teniente de la Benemérita, quien le aseguró que le beneficiaría. Cunill señaló además que "mientras reconocía los hechos aquel guardia pegaba puñetazos en la mesa gritando: usted es el pirómano de Mallorca".

El Gobierno de la comunidad balear ha ejercido la acusación particular en todo el proceso y pidió la misma condena que el ministerio fiscal.

Los hechos se produjeron a las cuatro de la tarde del ía 5 de agosto de 1993 cuando el acusado, con la intención de quemar unos matorrales en una zona próxima a su finca y sin tomar las medidas adecuadas, provocó un incendio en los alrededores de la urbanización Nova Valldemossa, del citado término municipal.

Cunill declaró que tenía la intención de desplazarse al lugar donde se originó el incendio con el propósito de quemar los restos de unas cabras muertas "y para que no hicieran olor", aunque precisó después que decidió no hacerlo ese día.

Sin emargo, dos testigos que declararon durante el juicio aseguraron que el acusado sí se encontraba en aquel lugar y que vieron cómo lo abandonaba poco después de empezar el fuego, según declaró uno de ellos.

Mateo Cunill fue la única persona detenida en relación a un incendio forestal de los más de cien que se declararon el año pasado en la isla de Mallorca.