Los hechos que han dado lugar a la sentencia se produjeron el 17 de marzo de 2003, cuando Ignacio Javier Bilbao Goicoetxea compareció ante el titular del Juzgado Central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, para que le notificara el procesamiento por un atentado en el que murió una persona.

Al finalizar la comparecencia, Garzón le dijo a Bilbao que podía retirarse, "pero éste se quedó de pie frente al juez e hizo un ostensible gesto con su mano derecha, de apuntar al mismo y efectuar varios disparos, al tiempo que le decía que iba a terminar con él".

La sentencia añade que el hecho de que se le hubiera comunicado el procesamiento, unida al hecho de que el acusado es miembro activo de una banda armada, "propició la credibilidad de las palabras proferidas y de las intenciones expresadas a través de sus gestos, de acabar con la vida del instructor".

Para los magistrados, los hechos descritos son constitutivos de un delito de amenazas terroristas del que es culpable Ignacio Javier Bilbao Goicoechea, porlo que le condena a dos años de cárcel.