La sentencia, hecha pública hoy, señala que el condenado abusó sexualmente de la niña desde principios de 1991 hasta los primeros meses de 1993. Las agresiones sexuales terminaron cuando la víctima abandonó la vivienda y denunció al compañero de su madre.

Según el fallo, es probado que José Antonio C.G. se aprovechó de la superioridad que le otrgaba la situación familiar, ya que la niña le llamaba papá.

Asimismo, la sentencia asegura que durante dos años el ahora condenado obligaba a la joven a practicar sexo oral con él o a que lo masturbara, además de ser ella objeto de tocamientos lividinosos.

Según el texto judicial, los hechos son constitutivos de un delito continuado de estupro y no de violación, ya que no se ejercieron intimidación, sino con prevalimiento de la víctima y también de un delito de agresión.

El fiscal había calficado los hechos como tres delitos de violación y solicitaba para el acusado una pena de 14 años de prisión por cada uno de ellos, mientras que la defensa había pedido la libre absolución o subsidiariamente una pena de 3 meses de arresto mayor por un delito de agresiones sexuales.