Los hechos ocurrieron en la madrugada del 2 de agosto del año pasado, cuando el acusado, Francisco Javier López González, de 21 años y recién incorporado a la Guardia Civil, se dirigió al barrio del Raval de Barcelona con un compañero, tras haber ingerido cierta cantidad de alcohol para celebrar que había cobrado su primer sueldo.

Según recoge la sentencia, hecha púbica hoy, tras verse involucrado en varios altercados con personal y clientes de una discoteca de la Plaça Reial, se dirigió a la Rambla para requerir los servicios de una prostituta, con la que discutió y a la que amenazó con su arma reglamentaria.

La mujer se refugió en el centro médico Perecamps, donde el personal de guardia pidió ayuda a la policía, que desplazó hasta la zona varias dotaciones. En una espectacular persecución y tiroteo por las calles del barrio que tuvo lugar posteriormente, el guadia civil mató a los agentes Julián Fernández, de 46 años, y a Modesto Carballo, de 29, además de atentar contra otro.

El tribunal estimó que los hechos constituyen dos homicidios y no dos asesinatos, al no apreciar alevosía, además de la circunstancia atenuante de embriaguez.

Durante el juicio, el fiscal pidió 66 años de prisión por dos delitos de asesinato y uno de atentado. El acusado dijo que no recordaba los hechos por la borrachera y porque los psiquiatras le habían aconsejado que los olvidra.