Los hechos ocurrieron en la noche del 9 de agosto de 1990, cuando el porcesado, que ya ha sido condenado en siete ocasiones por robar coches, contactó con la víctima en la calle de la Cruz, donde ésta ejercía la prostitución.

Según la sentencia ambos acordaron un precio y la mujer subió al coche para acompañarle hasta su casa, en el barrio de Moratalaz. Sin embargo, el acusado se desvió del camino y condujo el vehículo hasta un descampado donde se encuentra la ermita de Nuestra Señora de la Tore, cerca de Vicálvaro.

Allí golpeó a la mujer y la sometió a dos violaciones, penetrándola primero en la boca y después en la vagina. Cuando iba a intentarlo por vía anal, la mujer consiguió escapar del coche, pero fue alcanzada de nuevo por su violador.

Un grupo de vecinos acudió hasta el lugar después de oir los gritos de la mujer, a la que encontraron desnuda, tirada en el suelo, mientras su agresor la golpeaba.

Un joven pidió al violador su nombre y apuntó los datos de la matrícula del cche. Posteriormente, la mujer acudió a la casa de socorro y presentó una denuncia en la comisaría de Centro.

Ramón Manuel García confesó durante el juicio que estuvo "tomando unas copas" con la prostituta el día de los hechos, pero negó haber utilizado la violencia para obligarla a realizar el acto sexual.

Sin embargo, la mujer presentaba diversos hematomas en el cuerpo y erosiones en el cuero cabelludo, por lo que, además del delito de violación, el tribunal reconoce una falta de lesiones que leimpulsan a dictaminar otros 25 días de arresto para el violador.