Los hecos sucedieron el pasado 4 de abril de 1993, en el municipio de Santa Lucía de Tirajana, al sur de Gran Canaria, cuando el acusado se personó en la casa particular de la doctora a las nueve de la noche manifestando que se encontraba mal. Tras completar la revisión y acompañarlo hasta la puerta, el joven se negó a salir manifestándole su intención de violarla.

Según recoge hoy de forma más gráfica el periódico Canarias 7, José Antonio Batista cerró la puerta de un portazo y se colocó ante la víctima a qien le dijo: "No estoy enfermo, he venido a follarte", amenazas a las que respondió con serenidad I.T.T. intentando convencerlo de que ella era "mayor y sin atractivo".

Tras las palabras vino la violencia, ya que el joven comenzó a golpearla brutalmente en la nariz y en la boca, provocándole una hemorragia. Cuando la mujer intentó pedir auxilio, comenzó a apretarle el cuello hasta dejarla casi inconsciente.

Según recoge la sentencia, "el acusado procedió a satisfacer sus deseos sexuales mediante ocamientos en los pechos y órganos genitales, eyaculando cuando se proponía introducir el pene en la vagina".

La acusación particular pedía para el agresor 26 años de prisión y el destierro por un delito de asesinato frustrado, aunque la Sala estimó que no existió ánimo de matar y que como no había existido penetración, no se podía considerar una violación, sino una tentativa.