Los hechos ocurrieron en julio de 1991, cuando el ahora condenado obligó a la niña en la puerta de la piscinade Peñaflor a montarse en su motocicleta amenazándola con una navaja.

Alfonso Avila llevó a la pequeña a un encinar situado a varios kilómetros del pueblo, donde perpetró la agresión sexual por la que ha sido condenado.

El violador obligó a la pequeña a bajarse los pantalones y le dijo que "el daño que te voy a hacer ya no te lo volverá a hacer nadie y cuando te cases y tengas hijos ya no te dolerá tanto", según se recoge en la sentencia.

El hombre la penetró varias veces y eyaculó en el intrior de la vagina de la niña, desgarrándole el labio superior, según el estudio de los forenses. Alfonso Avila intentó también realizarle a la pequeña una penetración anal y una felación, hechos que no consiguió llevar a cabo.

Después de perpetrar la violación, el condenado dejó a la niña de nuevo a la puerta de la piscina de Peñaflor y la amenazó de muerte si contaba algo de lo sucedido a sus padres.

La detención de Alfonso Avila fue posible gracias a la descripición que realizó la pequeña sobreel violador y su motocicleta. El agresor habiá intentado anteriormente abusar de otra niña de 15 años que se encontraba también ese día en la piscina. La joven comenzó a gritar, por lo que acudieron varias personas en su ayuda y evitaron que el ahora condenado se la llevase en la motocicleta.