La sentencia del Supremo anula otra de la Audiencia Provincial de Huesca que absolvía a los padres de Marco Alegre, que murió el 15 de septiembre de 1994 tras negarse también él a recibir sangre.

El Alto Tribunal considera a los padres, Pedro Alegre y Lina Vallés, culpables de un delito de homicidio, ya que estima que la libertad de conciencia y de religión pueden estar limitadas por otros derechos, fundamentalmente cuando éstos afectan a otras peronas.

Sin embargo, Antonio Rodríguez, portavoz de la Comunidad de Testigos de Jehová en España, declaró hoy a Servimedia que el Supremo no tiene en cuenta algunas de las circunstancias que indujeron a la Audiencia Provincial de Huesca a dictar la sentencia absolutoria.

Rodríguez destacó que la Audiencia Provincial basó su sentencia en que el médico que atendió a Marco Alegre tenía autorización judicial para realizar la transfusión y añadió que incluso se le retiró la patria potestad al padre, porlo que, a su juicio, la responsabilidad de hacer o no la transfusión debe recaer sobre el facultativo.

Para el portavoz de los Testigos, "la Sala Segunda del Supremo nunca ha visto con buenos ojos ningún caso en el que hay implicados Testigos. Se ve que no son (los magistrados de esa Sala) muy proclives a nuestras creencias".

No obstante, adelantó que la sentencia del Supremo no tendrá efecto disuasorio entre los Testigos de Jehová en el futuro, ya que adelantó que harán "lo que tienen que hacer" Esta comunidad estudiará solicitar el indulto de Pedro Alegre y Lina Vallés al Gobierno.