La vuelta de Conde a la cárcel, que se produce tras el rotundo informe del fical del "caso Argentia", Ignacio Gordillo, llega en medio de la polémica suscitada por la conspiración supuestamente urdida por él para salvarse de la cárcel a cambio de no difundir documentos del CESID que le habría entregado el coronel Juan Alberto Perote.

Paradójicamente, la preocupación de Conde se centraba en apartar del "caso Banesto" al juez Manuel García Castellón, al que ha recusado en varias ocasiones, mientras que ha sido Miguel Moreiras, el juez que mantuvo en prisión al ex gerente de PSV arlos Sotos, quien le ha llevado nuevamente a la cárcel.

Conde se mostraba especialmente preocupado por separar del grueso del "caso Banesto" a García Castellón, alegando que el magistrado al que correspondía llevar el caso era precisamente Miguel Moreiras, por ser el titular del juzgado número tres.

Tras su salida de prisión, Conde mantuvo una discretísima vida pública acompañada de una intensa actividad entre las bambalinas del poder para no tener que volver a pisar la cárcel, según se ha puest de manifiesto recientemente tras conocerse los contactos de sus abogados con el Gobierno.

El Gobierno, por medio de Felipe González y todos los ministros interpelados en relación con este asunto, recalcó que en ningún momento negoció ofreció a Conde la posibilidad de salvarle de la cárcel y reiteró que la independencia de los jueces haría imposible un pacto de esas características.