La dirección del recinto penitenciario mantiene para Conde la ocupación de llevar el control de los ltes que reciben los reclusos procedentes del exterior. Su vida es "absolutamente normal", según las fuentes consultadas.

Desde su ingreso ha tenido varios "vis a vis" con su familia. En su celda disfruta de un ordenador personal, un televisor y una radio, todos ellos aparatos adquiridos con su propio dinero. Además, lee todos los días varios periódicos.

Las fuentes informantes consideran que el ex banquero está perfectamente integrado en la cárcel. A ello ayuda que Conde "es una persona muy abiera y normal de trato". Estas características personales facilitan que en su reclusión, y pese a su diferencia de estatus social y económico, se relacione con algunos de los presos que conoció durante su anterior estancia.