Según la historia popular, Luis XVII murió de tuberculosis en la prisión del Temple en París, en 1795. Su corazón fue extraído por un coronel real y desde entnces está en una urna de cristal. Este verano, el historiador Philippe Delorme pidió una comparación de ADN del corazón con una muestra de pelo de Maria Antonieta. Los resultados demostraron que el corazón correspondía al hijo de ésta.

Sin embargo, de acuerdo con el abogado de Enrique de Orleans, François Gibault, la autopsia demuestra que el niño era mayor que lo que era Luis XVII en aquel entonces y que, por tanto, no puede haber sido hijo de Luis XVI.

Si las pruebas fueran negativas, se acabara con los argumentos que ha esgrimido durante 200 años la familia de Enrique de Orleans sobre su derecho al trono francés.