Martí Mingarro recalcó que es algo normal que el decano reciba confidencias de los abogados "en asuntos muy delicados y esas confidencias quedan guardadas en el más estricto de los sigilos y sólo tienen por objeto qe pudieran tener que ser utilizadas en el caso de que padeciera el derecho de defensa, que es lo que concierne al colegio. Todo lo demás es un tema personalísimo de cada abogado y de cada cliente".

Sobre si fue Mario Conde quien buscó el contacto con el Gobierno o si ocurrió a la inversa, aseguró que "ésa es una clave política que yo desconozco, que no tiene alcance en cuanto a la libertad o el derecho de defensa y que por tanto es una polémica que deben mantener quienes hayan intervenido directamenteen eso".

Agregó que las referencias que tiene él "son las que creyó que debía hacerme un colega, y guardadas en el arcano de mis secretos están".

En cuanto a si se siente manipulado por Jesús Santaella, al ponerle como testigo de la existencia de los contactos entre Conde y el Ejecutivo, apuntó que "a las interpretaciones que se hagan, si se hacen torcidamente, ya saldré al paso, pero yo por el momento lo único que tengo que decir es que Jesús Santaella ha dicho que me hizo confidencias (...) y slo digo que es muy frecuente que los compañeros me hagan ese tipo de confidencias".

Por esa razón, agregó, "no me ha extrañado que me las hiciera en un asunto tan significativo como era éste, donde verdaderamente él entendía que había razones para hablar con su decano del asunto".

Reiteró que, como decano, él tiene que velar por el derecho de defensa, si bien aclaró que no cree que en este asunto ese principio esté en entredicho.

Martí Mingarro expresó su sorpresa por los comentarios periodíticos que "desde hacer un par de meses" apuntaban a que el Gobierno y Mario Conde estaban negociando, por lo que "el que ahora lo hayan puesto en letras de molde lo único que añade es espectacularidad al tema".