El arzobispo de Tarragona hizo estas declaraciones tras la clausura de la 115 Asamblea de los obispos catalanes, que ha tenido lugar esta semana en Barcelona.

Torrella manifestó que el objetivo de este conilio es "la renovación de la acción evangelizadora de la Iglesia en Cataluña, a todos los niveles y con todos los agentes pastorales". Según indicó, este acontecimiento servirá para "revivir y aplicar aquí el Concilio Vaticano Segundo, siguiendo fieles al espíritu de aquel".

El arzobispo de Tarragona aseguró que la posibilidad de que se cree una Conferencia Episcopal Catalana es sólo un deseo y una cuestión compleja a debatir. Ramon Torrella añadió que la Iglesia no puede ir por delante de las formacines políticas más nacionalistas de Cataluña.

El Concilio Provincial de la Conferencia Tarraconense constará de 4 etapas, tres de las cuales tendrán carácter preparatorio. La primera de las fases estará abierta a las consultas a laicos, mientras que la última se centrará más en la cuestión diocesana, indicó Torrella.

Según la previsión de la Conferencia Episcopal Tarraconense, el Concilio acabará en 1996, después de que hayan sido redactadas todas las conclusiones y recomendaciones oportunas, que eberán ser ratificadas por la Santa Sede.

El arzobispado de Barcelona podrá participar en este concilio después de que el pasado verano obtuvo el permiso del Papa de Roma. Hasta ahora era el único que no formaba parte de la Tarraconense desde hacía más de 200 años.