La comercialización de este tipo de productos está prohibida en la Unión Europea, ya que, sin ser alimentos, pueden parecerlo, y los niños pueden llevárselos a la boca, chuparlos o ingerirlos, lo que implica un riesgo de asfixia, de intoxicación, de perforación o de obstrucción del tubo digestivo.

La directora general de Consumo, Carmen Martínez de Sola, explicó que en la Unión Europea, "las alertas de este tipo de producto prácticamente se han multiplicado por cinco en los dos últimos años, pasando de siete alertas a 32".

Según De Sola, "la última de ellas es un lote de velas que simulan ser piñas, pimientos, zanahorias, tartas, galletas, entre otros alimentos" y "reproducen el tamaño natural de estos alimentos y algunos, como las supuestas galletas, tienen un aroma que refuerza su atractivo ante los más pequeños".

A raíz de esta última alerta, la Dirección General de Consumo dió la orden de la retirada de miles de unidades del mercado en coordinación con los distribuidores y los ayuntamientos de la región.

Este tipo de velas no son las únicas que se han tenido que retirar por su parecido con alimentos. La red de alerta de productos peligrosos informó en los últimos meses de otros artículos similares, como llaveros con forma de limón, racimos de uvas de plástico, entre otros.