Tamayo salió elegido cargo ejecutivo de los socialistas madrileños el 8 de mayo de 1994, en el VII Congreso, que aupó a la Secretaría General a Jaime Lissavetzky, por el pacto entre el entonces presidente de la Comunidad, Joaquín Leguina, y el líder de los guerristas madrileños, José Acosta.

El 5 de octubre de 1997, tres años y medio después del VII Congreso y veinte días antes del tenso VIII Congreso de la FSM, se filtró que Deborah Díaz Herán, portavoz del PP en el Ayuntamiento de Patones, eligió a Tamayo como representante legal en un recurso contencioso-administrativo interpuesto el 22 de febrero de 1996. El recurso impugnaba modificaciones de crédito en el presupuesto municipal de 1994 y la aprobación definitiva de ese presupuesto y el del ejercicio siguiente.

Díaz Hernán extendió a Tamayo un poder general para pleitos el 17 de febrero de 1996, cinco días antes de acudir ante la Sala de lo Contencioso Administrativo del Tribunal Supeior de Justicia de Madrid contra el alcalde socialista de Patones. En ese momento, Eduardo Tamayo llevaba dos años como secretario de Educación y Cultura de la FSM.

Fuentes socialistas admitieron en su día a esta agencia que Jaime Lissavetzky tuvo conocimiento de los hechos al tiempo que saltaron a la luz pública, en medio de la trifulca entre guerristas y renovadores por hacerse con el control de la FSM. Ello no le impidió volver a incluir a Tamayo como miembro de la Ejecutiva regional en el VIII conreso, el 26 de octubre de 1997, aunque esta vez sólo como vocal.

Una inclusión posiblemente debida a que el "ticket" formado por Lissavetzky en la Secretaría General y Cristina Alberdi, en la Presidencia de la FSM, se vio obligado a agrupar a todas las tendencias renovadoras para ganar a los guerristas. Aún así, sólo obtuvieron 335 votos de compromisarios, un 56%, frente a los 257 votos guerristas, el 44%.

Fue básica para esa victoria por la mínima el apoyo de los "Renovadores por la base", liderdos por José Luis Balbás, y de los que Eduardo Tamayo y María Teresa Sáez formaban parte, así como la entonces existente Plataforma de Integración (de la que formaban parte influyentes alcaldes del sur de Madrid).

CONTRA LA EXPULSION DEL ALCALDE DE HUMANES

Cinco años después de estos hechos, el 14 de octubre de 2002, en una reunión de la Ejecutiva de la FSM ya liderada por Rafael Simancas, Eduardo Tamayo seguía en la dirección socialista como secretario de Medio Ambiente. Ese día se opuso en solitaro a pedir a la Ejecutiva Federal del PSOE la expulsión del partido del alcalde de Humanes, Adolfo Alvarez, por supuestas prácticas irregulares.

Tamayo se abstuvo alegando que no contaba con toda la información para decidir con justicia. Un informe del Comité de Etica de la FSM señalaba que el alcalde de Humanes había tenido comportamientos, tanto en público como en privado, incompatibles con el cargo que ocupa.

La información sobre las razones del expediente contra el alcalde de Humanes fue entones contradictoria, admitieron fuentes socialistas, porque "se habló de la existencia de documentos o cartas dirigidas por el alcalde a la dirección federal del PSOE o por la dirección socialista nacional a la FSM, contradictorios entre si".

Incluso, el edil Adolfo Alvarez atribuyó su intento de expulsión a una venganza por haberse negado a respaldar la venta de una parcela propiedad de un familiar directo de otro miembro de la Ejecutiva de la FSM.