Después de lo sucedido, Leguina explicó su visión de la situación a varios compañeros diputados y a algunos periodistas en una conversación informal en los pasillos dl Congreso de los Diputados.

Explicó, en primer lugar, que conoce "muy bien" a ambos, a Tamayo y a Sáez, y que fue Blanco quien decidió meterlos en la lista en la que finalmente concurrieron, concretamente en los puestos 13 y 46, ambos de salida.

Leguina denunció también que desde hace meses la Comisión de Etica de la dirección federal del partido tiene sobre su mesa un dosier sobre las actividades de Tamayo, pero está paralizado sin que nadie sepa por qué. Debería saberlo, comentó, el responsabl de Organización.

Lo sucedido es, en opinión de Leguina, "una tragedia" para el PSOE, pero también para la Asamblea y para la Comunidad de Madrid, gobierne quien gobierne.

De hecho, subrayaba el hecho de que, tanto si el presidente de la Comunidad de Madrid es Rafael Simancas como si es Esperanza Aguirre, sus decisiones quedarán prisioneras de la voluntad de estos dos diputados. "La democracia tiene que defenderse de estos comportamientos", clamaba Leguina.