Estos animales, propiedaddel ganadero J.L.B., se encontraban en la Comunidad de Madrid en régimen de trashumancia.

Según una nota de Medio Ambiente, la actuación ha sido motivada por las múltiples y reiteradas denuncias interpuestas contra su propietario por la falta de control sobre sus ovejas y por el abandono de cadáveres en diferentes términos municipales de la Comunidad de Madrid. En este mismo sentido se han iniciado varios expedientes sancionadores.

Afirma la Consejería que han sido "numerosas" las notificaciones que se le han realizado al ganadero, en las que se le instaba a mantener permanentemente bajo control al ganado, para evitar las consecuencias fatales que podrían derivarse de esta situación.

En estas notificaciones se le comunicaba que en caso de no cumplirse lo requerido, se adoptarían las necesarias medidas cautelares que, entre otras, incluirían la incautación del ganado sin control.

Lo que finalmente ha llevado a la Comunidad de Madrid a tomar la decisión de incautar los animales, fueron los hechos ocurridos el pasado día 14 de octubre. Este día, la patrulla del Seprona de Las Rozas informó de que la situación de descontrol se había agravado, ya que las ovejas estaban deambulando por la carretera A-6, a la altura de las urbanizaciones "El Encinar de Las Rozas" y "El Golf de Las Rozas", con "evidente peligro" para la seguridad del tráfico.

En concreto, 20 animales habían invadido la calzada, provocando un accidente por atropello de uno de los animales, que finalmente tuvo que ser sacrificado. En el accidente tuvieron que intervenir 5 patrullas de la Guardia Civil del Puesto Principal de Las Rozas, una del Destacamento de Tráfico de la Guardia Civil y varias dotaciones de la Policía Local de Las Rozas.

Se tuvo que cortar el tráfico de la vía de servicio mientras se intentaba localizar al propietario, lo que no fue posible finalmente. Ante esta situación, se tuvo que retener a las ovejas en un centro hípico cercano.

Este tipo de incidentes, de acuerdo con el informe del Seprona, se vienen repitiendo prácticamente a diario, lo que hace temer por la seguridad del tráfico y lógicamente por el bienestar de los propios animales.

Por ello, Medio Ambiente ha tomado la decisión de incautar provisionalmente a los animales, que serán alojados en una finca de la Comunidad de Madrid, hasta que el propietario garantice el traslado a su lugar de origen donde puedan estar correctamente controlados.