Aunque ya en 1998 se realizaron intervenciones de consolidación del subsuelo, el seísmo que tuvo lugar el pasado 12 de agosto aceleró notablemente el proceso de agrietamiento del edificio.

El pasado 30 de agosto se emitió un informe dando cuenta de que, a consecuencia del terremoto, se había partido el mudo testero de la Iglesia desde el interior hacia el exterior, justo tras el cuadro de Luca Giordano que preside el altar mayor y que el casquete de la cúpula había sufrido varias fisuras.

El estado de la Iglesia tras el movimiento de tierra hace que no se pueda asegurar la integridad de las personas, ni la protección de los muebles y objetos artísticos situados en el interior, por lo que resulta urgente su reparación.

Así, tras la aprobación de la realización de las obra de emergencia, se realizarán calas en muros y cimentaciones para determinar las características de las zonas dañadas. Se realizarán los sondeos adecuados y se protegerá el solado original antes de comenzar con las obras de restauración.

Estos trabajos han sido adjudicados por un importe de 4.188 euros, y otros 5.524 euros se han destinado a la dirección de las obras encargadas al arquitecto José Carlos Fernández Casal, lo que suma un total de 157.980 euros.