"Hay quien habla de nacionalidad histórica", definición que defiende su propio partido, el PP, pero "en estos momentos hablamos de región", apuntó.

En cualquier caso, agregó, "no queremos ser menos, pero tampoco más que nadie. Si únicamente (la reforma estatutaria) se queda en el apellido me da igual. Si eso va a llevar determinadas prebendas, lo máximo", dijo hoy a Servimedia.

Actualmente, están por concluir los trabajos de una comisiónformada por expertos de distintos sectores económicos y sociales en torno a la reforma del Estatuto riojano, cuyo documento final podría llegar en pocas semanas al Parlamento regional. Está previsto que antes de que finalice el mes de mayo quede constituida la ponencia parlamentaria que discutirá los contenidos de la reforma.

"No hay ninguna prisa", enfatizó el presidente riojano. "No me importa ser el último" en aprobar la reforma de un estatuto de autonomía.

Sin embargo, sí expresó su preocupación porque cuanto sea pactado en el Parlamento riojano entre PP y PSOE pueda ser modificado una vez llegue al Congreso.

"La ventaja que tenemos aquí es que necesitamos en el Parlamento de la Rioja la mayoría de dos tercios, pero la desventaja es que yo puedo pactar con el PSOE riojano un Estatuto que en Madrid el PSOE me pueda echar atrás".

Por esta razón, reiteró su propuesta, hecha pública en la reciente Convención nacional del PP, de que "si se necesitan dos tercios de los diputados en una comunidad (como es el caso de La Rioja), también debían necesitarse en el Congreso, porque, si no ¿quién me garantiza que lo que se ha aprobado en La Rioja no me lo va a cambiar el PSOE en Madrid? ¿Con qué confianza negocio yo con el PSOE aquí, si después no va a tener capacidad de respeto su partido en Madrid?", concluyó.