Asimismo, la Consejería advierte de que hay una serie de cuestiones básicas que deben tenerse en cuenta a la hora de adquirir un producto. Una de ellas, señala, es que el periodo de rebajas será como mínimo de una semana y como máximo de dos meses por decisión libre de cada comerciante.

Igualmente, resalta que es necesario tener en cuenta que las fechas de las rebajas han de exhibirse en el establecimiento de que se trate, en lugar visible al público, incluso cuando permanezca cerrado, y si éste oferta y publicita el abono de las compras mediante tarjeta de crédito, este pago debe mantenerse en periodo de rebajas.

Según el Ejecutivo autónomo, los artículos objeto de la venta en rebajas deberán haber sido incluidos con anterioridad, y durante el plazo mínimo de un mes, dentro de la oferta habitual de ventas del establecimiento, por lo que no es legal poner a la venta productos que se hayan fabricado especialmente para el periodo de rebajas.

La Consejería de Sanidad y Consumo recuerda que no se puede ofertar la venta en rebajas cuando afecte a menos de la mitad de los productos ofrecidos habitualmente por el establecimiento. Si no afecta a la totalidad de los productos, los ofertados en rebajas deberán encontrarse en lugar visible y diferenciado del resto de los artículos. Además, subraya que está prohibido vender como rebajados artículos deteriorados.

En lo referente a los precios, indica que debe exhibirse, junto al precio habitual anterior a la temporada de rebajas, la cuantía del producto rebajado, sin que puedan superponerse.