LA COMPETITIVIDAD EXTERIOR MEJORO UN 0,9 POR CIE EN ABRIL
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La competitividad exterior de la economía española mejoró un 0,9 por ciento el pasado mes de abril en relación a los demás países de la OCDE, según el índice que elabora mensualmente la Secretaría de Estado de Comercio.
Este es el segundo mes consecutivo de mejoría, pese a lo cual el saldo de los cuatro primeros meses es negativo en un 0,3 por ciento, ya que en enero y febrero se había registrado una pérdida de competitividad de dos puntos.
El buen resutado de abril obedeció a la disminución del diferencial de inflación con respecto a los principales competidores y al mantenimiento de la cotización de la peseta, según los expertos de la Secretaría de Estado de Comercio.
La evolución fue especialmente positiva frente a los países de la Comunidad Europea, con los que la ganancia de competividad fue de un 1,3 por ciento, gracias a la mejor evolución de los precios.
Concretamente, el diferencial de inflación entre España y la media comunitaria se stuó en abril en un 1,7 por ciento, frente al 2,1 por cien del mes pasado, pese a lo cual continúa siendo el mayor diferencial de los últimos años.
La diferencia de precios es todavía más alta si se compara con la de los "grandes" de la OCDE, como Estados Unidos y Japón, a los que España superaba en abril en un 3,3 y un 4,1 por ciento, respectivamente.
DIFICULTADES
Por otra parte, los expertos de la Secretaría de Estado de Comercio llaman la atención sobre las dificultades que pueden atravesar ls exportaciones españoles ante las dificultades crecientes para trasladar costes a precios.
A su juicio, los exportadores no pueden "trasladar a precios los aumentos en los costes en la misma medida en que lo hacen en el mercado interior, lo que justifica el práctico estancamiento registrado por los precios de exportación españoles en el pasado año".
"Ello está provocando una reducción en los márgenes de explotación en el sector exportador que plantea dudas sobre la posibilidad de mantener el eleado ritmo de crecimiento de nuestras exportaciones en los próximos años", añaden.
En su opinión, la solución a estos problemas radica en actuar sobre los costes laborales unitarios, moderando su crecimiento en relación con los países más avanzados, lo que exige condicionar las subidas salariales a aumentos de la productividad.
Asimismo, entienden que, "en la medida en que un país sea capaz de alcanzar mejoras superiores en la productividad de sus factores de producción, podrá aumentar su capacida de competir en el exterior, así como la retribución en términos reales de esos factores".
(SERVIMEDIA)
07 Jul 1992
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