La asociación destaca que estas medidas "no se tilizan en los aeropuertos europeos y no conocemos que se apliquen en ningún otro país del mundo".

Según la ALA, las desviaciones de las rutas establecidas por los controladores aéreos "no pueden ser detectadas por los instrumentos de a bordo de los aviones y están condicionadas a factores ajenos a la voluntad y control de los tripulantes".

"Lo lógico sería que se tratase de buscar soluciones sobre el ruido en los aeropuertos afectados basándose en los modelos de aviones, horarios, condiciones meeorológicas del aeropuerto, medio ambiente, etcétera, y no por medio de la sanción", señalan las líneas aéreas.

Las sanciones pueden llegar a los 10 millones de pesetas. "Si se aplican estas penalizaciones, las compañías más perjudicadas serán las españolas que realizan vuelos cortos", asegura la ALA.

Para la asociación, de ser aceptada esta propuesta, además de no solucionar los problemas de ruido, "se daría un paso importante para arruinar nuestras industrias aeronáuticas y turísticas. Eso sí, l no poder volar a nuestros aeropuertos, los problemas de los mismos desaparecerán, que es la táctica que se viene siguiendo últimamente con las decisiones aeroportuarias", concluye en un comunicado.