Esta compañía, filial de la alemana LTU, atravesó en 1993 una grave crisis, que le obligó a someterse a una "operación cordeón", con un desembolso de 1.800 millones de pesetas. Ros explicó que la previsión de facturación para este año es inferior a los 9.000 millones de pesetas.

La flota de la compañía está formada ahora por tres aparatos (Boeing 737-300 con capacidad para 219 asientos), en lugar de los cinco con que contaba antes.

LTE tiene bases en Palma de Mallorca, Tenerife y las Palmas de Gran Canaria. Sus principales mercados son Alemania, Austria, Suiza, Italia, Reino Unido y Escandinavia, y transportó a 80.833 pasajeros en 1993. Dispone de una plantilla de 198 trabajadores.