Hace unos días, un grupo de gamberros agredió a tres empleados de la piscina de Moscardó, a los que causaron diversas fracturas, por las que fueron atendidos en centros hospitalarios.

Según la denuncia de los trabajadores, los empleados que limpian las instalaciones por las noches también son víctimas de las agresiones, ya que cada día tienen queenfrentarse a grupos de unas 50 personas, que asaltan de madrugada las instalaciones para bañarse desnudos.

Los empleados acusaron al IMD de no escuchar sus peticiones y de negarse a aumentar las medidas de seguridad, argumentando que carecen de presupuesto.

Asimismo, anunciaron que están dispuestos a parar sus actividades si las autoridades municipales no solucionan este problema.

ACUSACIONES ALARMISTAS, SEGUN EL IMD

Por su parte, un portavoz del IMD declaró a Servimedia que las acusacions del comité de empresa "son alarmistas, porque vienen a decir que en todas las instalaciones tenemos ese tipo de problemas permanentemente, lo que es inexacto e incierto".

En su opinión, la conflictividad existente en las piscinas municipales "está dentro de la lógica común del funcionamiento normal de la ciudad", al tiempo que añadió que son hechos deplorables que hay que tratar de evitar.

Aunque reconoció los sucesos de la instalación de Moscardó, así como otros incidentes a los que calificó d "circunstanciales" ocurridos en la piscina de San Blas, aseguró que estos hechos no son tan graves como para que el IMD tome medidas de modo inmediato.

Indicó que en algunos centros con características especiales "disponemos de vigilancia nocturna que realizan guardas jurados" y recordó que el IMD mantienen un acuerdo con la Policía Municipal para que los agentes controlen las inmediaciones de las piscinas en sus rondas de vigilancia.

"Por ello, si la gente se introduce, a pesar de que las instaaciones disponen de una alambrada de dos metros de altura y todo el mundo sabe que no se puede traspasar, lo que no podemos hacer es estar con la policía al fondo", concluyó.