Por esa razón, y en contra de las iniciativas que están tomando varias comunidades autónomas, defiende que "la única forma de evitar el influjo del tabaquismo pasivo en espacios cerrados como bares y discotecas debe consistir en la separación física, por medio de tabiques o mamparas de cristal, de las zonas de fumadores y no fumadores".

Los sistemas de ventilación de que habla la hostelería"eliminan las sustancias tóxicas en forma de partículas, pero nada o muy poco pueden hacer frente a aquellas otras sustancias tóxicas del tabaco que se encuentran en forma gaseosa y que están presentes en el humo de los fumadores "en concentraciones peligrosas para la salud de quienes lo respiran", asegura el Comité antitabaquismo.

"Ninguno de estos artilugios es capaz de depurar los gases tóxicos del tabaco. Y la única solución para eliminar esos gases no es viable, puesto que supondría una velocidad de intercambio de aire insoportable: algo así como la magnitud de un pequeño huracán", argumenta el CNPT.

Incluso los locales de ocio con los mejores sistemas de ventilación siempre presentan concentraciones de nicotina en el ambiente.

Desde esta perspectiva, el CNPT piensa que la ley que regula el consumo de tabaco acierta cuando sostiene que la única protección real para los no fumadores debe consistir en eliminar el tabaco de los espacios laborales y públicos cerrados, o bien crear espacios físicamente y separados (tabiques, mamparas, cristales, etc.) con ventilación autónoma y siempre que se trate de zonas por las que no pasen los no fumadores.