Historias con Orgullo
El Cermi insta al colectivo Lgtbiq+ a “abrir los armarios de la discapacidad”
- Jesús González Amago denuncia que "el colectivo Lgtbiq+ es muy crítico con aquellos cuerpos no normativos", por lo que "la discapacidad resta”
- Este sábado 1 de julio se celebra en Madrid la manifestación estatal del Orgullo 2023
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Jesús González Amago, como presidente de la Comisión de Trabajo de Diversidades Sexuales y Discapacidad del Cermi, está habituado a impartir conferencias, a dirigir coloquios y hasta documentales. A lo que no se acostumbra es a que las personas con discapacidad Lgtbi tengan que sufrir “una doble y hasta triple discriminación”.
González Amago es un gran conocedor de la realidad que ha vivido este colectivo en España a lo largo de las dos últimas décadas. De hecho, es autor del primer ensayo a nivel mundial sobre la doble exclusión de las personas Lgtbi con discapacidad y hace cinco años publicó ‘Sin Barreras, Sin Armarios’, una revisión del estado de los derechos y libertades de dicho colectivo. Además, en la actualidad trabaja en el Departamento de Captación de Fondos de Fundación ONCE.
Este polifacético activista por los derechos de la discapacidad y la diversidad sexual tiene una afección cardiaca que le ha generado una discapacidad orgánica. “Me ha permitido jugar con ventaja porque es una discapacidad invisible que no da lugar a esa doble discriminación”, confiesa Jesús en una entrevista a Servimedia. Mirando por el retrovisor recuerda que en la etapa escolar hubo momentos duros porque “los niños pueden ser crueles”, pero subraya que él nunca se sintió agredido por su condición sexual.
Nada qué ver con la realidad que atraviesan algunos jóvenes que, tras escucharle en alguna de sus intervenciones como presidente de la Comisión de Diversidades Sexuales y Discapacidad del Cermi, se acercan a él para compartir sus inquietudes. “Me encuentro con chicos homosexuales que son discriminados por su discapacidad dentro del propio entorno gay. El colectivo Lgtbiq+ es muy crítico con aquellos cuerpos no normativos, las personas gordas, por ejemplo. Si a esto le sumas una silla de ruedas o unas muletas, la discapacidad resta”, asevera Jesús.
EL SOSTÉN ASOCIATIVO
Definitivamente, las cuentas no salen. “La diferencia no suma”, afirma González Amago, “sino que la suma de las diferencias resta”. “Uno se pregunta qué sucede con esas personas que navegan en dos o tres o mares, como las personas migrantes o las personas racializadas con discapacidad que además son gais o lesbianas”.
Si una persona reúne varias de estas circunstancias a menudo no sabe a dónde dirigirse porque no existe ninguna entidad que represente a los tres colectivos. Y plantea una realidad aún más compleja: la de las personas transexuales con discapacidad. “La problemática es tremenda”, explica, “ya que las mujeres y las niñas con discapacidad tienen serios problemas, no sólo de violencia de género, sino también de incorporación laboral, pero si a esto le añadimos el grado de exclusión social del colectivo trans con discapacidad ¡Ponte en su situación!”, exclama.
“Son las entidades ya constituidas, como puede ser Cermi desde la Comisión que presido o la Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Trans, Bisexuales, Intersexuales (Felgtbi+), las que se están preocupando de ampliar su radio de actuación poniendo la mirada en las minorías de las minorías”. En el marco de las celebraciones del Mes del Orgullo Lgtbi, un año más la Fundación ONCE (con el hashtag #orgulloFONCE) en colaboración con la Felgtbi+ han desarrollado un proyecto formativo sobre la diversidad familiar donde se muestran ‘otros modelos de familia’ y cómo abordarlos social y laboralmente.
“Estamos muy contentos con estas alianzas y con el trabajo que las entidades de la discapacidad están desarrollando junto con el colectivo Lgtbi”. En este ámbito, Jesús recuerda que la Confederación Estatal de Personas Sordas (CNSE) “fue una de las pioneras” y subraya que Plena inclusión está desempeñando “una labor impresionante en el terreno de la diversidad sexual”.
“SOMOS INVISIBLES”
Desde el movimiento asociativo se insiste en que “hay que abrir los armarios de la discapacidad”, una cita del presidente del Cermi, Luis Cayo Pérez Bueno, que a Jesús le gusta parafrasear porque refleja fielmente la situación actual de las personas con diversidad de género y discapacidad. “De un lado, el movimiento Lgtbi históricamente ha sabido estar en las calles luchando por sus derechos. Por otra parte, las entidades de la discapacidad trabajan por conseguir los suyos. Y uno de los grandes problemas que tenemos el movimiento de las personas Lgtbi con discapacidad es que somos invisibles, que no se nos conoce”, se lamenta Jesús. La invisibilidad es una consecuencia de esa doble o triple exclusión.
A estas personas les cuesta más ‘salir del armario’ al no tener referentes porque desconocen “lo que les espera afuera”. “Cuando ves a un actor como Telmo Irureta en los Premios Goya, al tiktoker Enrique Bernabeu en redes o al periodista Bob Pop en televisión es más fácil normalizar las cosas”. Desgraciadamente son casos excepcionales.
“Es la pescadilla que se muerde la cola. Cuanto menos se nos ve, parece que menos existimos”. De ahí que González Amago destaque la importancia de la formación de las familias, de los educadores en las escuelas sobre diversidad sexual y discapacidad. “Si una persona con discapacidad Lgtbi pasa por una situación de bullying este hecho debería ser considerado delito de odio”, incide.
Además, no se cansa de denunciar las barreras de accesibilidad a las que se enfrentan este colectivo, no por su apuesta sexual, sino por su condición de discapacidad. “Por ejemplo una mujer lesbiana en silla de ruedas no puede ir a un bar del barrio de Chueca porque no tiene el baño adaptado”, o un gay con discapacidad visual no puede utilizar la aplicación de ’Grindr’ porque "no está adaptada para personas ciegas”.
El colectivo Lgtbiq+, cuyas siglas cobran visos de fórmula matemática, ha ido creciendo en diversidad y número de letras con el paso del tiempo. Por el contrario, entre las personas con discapacidad Lgtbi lo que ‘resta’ es su condición de discapacidad. Para cambiar este saldo negativo y que este colectivo deje de ‘cotizar’ en números rojos quizá podría sumarse una nueva letra, la 'd ', a la extensa familia de las identidades diversas y convertirse en el colectivo Lgtbiqd+.
(SERVIMEDIA)
29 Jun 2023
AOA/pai