La consecución de este objetivo requiere, según la Comisión, un crecimiento económico sostenido que apoye el progreso social y respete el medio ambiente una política social que secunde el buen funcionamiento de la economía y una política medioambiental rentable.

Con este fin, la Comisión propone una estrategia europea audaz para el desarrollo sostenible dividida en tres partes. En primer lugar, una serie de propuestas cruzadas dirigidas a hacer más coherente y rentable la futura toma de decisiones políticas, así como a fomentar la innovación tecnológica y una mayor participación de la sociedad civil y las empresas en la formulación de las políticas. Según la Comisión, la futura revisión de políticas comunes, como la Política Agrícola Común, la Política Pesquera Común y la Política Común de Transportes deberá girar en torno al desarrollo sostenible.

En segundo lugar, hay que establecer una serie de objetivos capitales y medidas comunitarias que hagan frente a los mayores desafíos del desarrollo sostenible en Europa no abordados por la estrategia de Lisboa: el cambio climático, las amenazas a la salud pública, el agotamiento de los recursos natrales, la congestión del tráfico y los problemas derivados del uso del suelo.

Por último, la Comisión considera preciso definir las medidas necesarias para aplicar la estrategia y evaluar el progreso tras la cumbre de Gotemburgo. Así, en el futuro el desarrollo sostenible estará en el orden del día de cada Consejo Europeo de primavera.