El informe, elaborado por los comisarios Martin Bangemann y Hans van den Broek, fue aprobado por la Comisión el pasado 12 de noviembre, y está concebido como una "estrategia" para sacar de la crisis a las empresas europeas de armamento.

La estrategia contempla la creación de un mercado común de armas, que implicaría, basicamente, que los socios europeos se comprasen entre si las armas que necesitasen, en vez de adquirirlas a terceros países.

En este setido, España es uno de los que más importa de los EEUU, ya que entre 1988 y 1992 compró a este país armas por valor de 3.040 millones de dólares. Esto supone que, en este periodo, España ocupó el tercer puesto como cliente de EEUU dentro de la Unión Europea, por detrás de Alemania (4.279 millones de dólares) y Grecia (3.309).

Para consolidar este mercado interior, sería necesario que se diese prioridad a las transferencias comunitarias, se impulsasen los contratos públicos, o estableciesen unos derechs de aduana comunes. Además, se propone la redacción de un libro blanco sobre la exportanción de armamento, y evaluar a las empresas para conocer su estado económico.

Para la Comisión, este proyecto debiera ponerse en marcha cuanto antes, y tomar las primeras medidas a principios de 1998, "debido a la gravedad de los problemas" a los que se enfrenta las industrias de defensa de la Unión Europea.

"Este sector", afirma el informe, "está demasiado fragmentado para poder sobrevivir. La neta disminucin de la demanda después de la Guerra Fría, combinada con la feroz competencia de las empresas 'gigantes' de los EEUU, han puesto en peligro al sector".

Según la Comisión Europea, la empresas de defensa son "esenciales" desde el punto de vista económico, pero también en términos políticos y de seguridad. Estas industria emplea en la Unión Europea a 700.000 personas y tiene un negocio bruto de 50.000 millones de dólares anuales.