La Comisión Europea solicitó, el pasado otoño, que esta medida se aplicase a más de 306 medicinas calificadas de "esenciales" por la Organización Mundial d la Salud (OMS). Por el actual acuerdo, los gobiernos pueden cancelar los derechos que estas firmas tienen sobre algunos medicamentos en circunstancias especiales, como la expansión del sida, por ejemplo.

Los medicamentos contra esta enfermedad tienen unos precios tan elevados que el 94% de los enfermos no pueden acceder a ellos. A pesar de esta realidad, los laboratorios farmacéuticos insisten en que las reformas no ayudarían a los afectados de países en vías de desarrollo, ya que su mayor problema rdica en la falta de infraestructura para distribuir las medicinas de forma eficaz.

Además, las compañías temen que los grandes comerciantes puedan aprovecharse de estas medidas y adquieran los productos a bajo precio, para venderlos posteriormente en los países más ricos y obtener un beneficio económico en detrimento de las farmacéuticas.