En septiembre de 2000, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) decidió fusionar todos los astilleros españoles en la antigua Bazán. Previamente, Bazán había comprado a la Sepi dos astilleros (Juliana y Cádiz) y la fábrica de motores de naves de Manises por el precio de una peseta cada uno.

Posteriormente, Bzán compró otros cuatro astilleros a Aesa, filial de Sepi, por una peseta cada uno. Se trataba de los astilleros de Astano, Puerto Real, Sestao y Sevilla. Poco tiempo después, Bazán pasó a llamarse Izar.

La Comisión Europea (CE) cree que estas transaciones pueden considerarse como un "primer paso" para la fusión posterior y duda de que el precio de 1 peseta por cada adquisición "sea un precio de mercado".

Finalmente, recuerda que la Comisión aprobó en 1997 un paquete excepcional de ayudas a los atilleros españoles para que fueran rentables y que una condición para las ayudas era que no se recibieran otras ayudas similares.

Por ello, se ha decidio ampliar la investigación puesto que se han incrementado las dudas sobre el hecho de que no se haya concedido una ventaja económica a Izar.