Estos "privilegios" que quiere suprimir Prodi se remontan a la Convención de Viena de 1961 sobre las relaciones diplomáticas. A partir de ahora, los miembros de la Comisión Europea se han propuesto rechazar estas ventajas, como por ejemplo su derecho a reclamar exenciones del IVA y otras cargas similares aplicadas a bebidas alcohólicas, abaco, combustible, ropa o electrodomésticos.

Es decir, los comisarios -entre ellos Loyola de Palacio- sólo podrán disfrutar de las exenciones propias de cualquier funcionario de las Comunidades Europeas sobre la compra de objetos personales exclusivamente. En cualquier caso, las exenciones del IVA podrían seguir aplicándose en algunos casos concretos que estén directamente relacionados con el ejercicio de su cargo.

Estas medidas no serán aplicables, sin embargo, a miembros de otras institucionescomunitarias ni a los servicios diplomáticos en Bélgica. Prodi no parece estar por la labor de promover la adopción de medidas semejantes en el caso de otros organismos y cuerpos de la Unión.