En declaraciones a Servimedia, el abogado de CEA Fernando González afirmó que la aplicación de la reforma del Reglamento de Circulación, aprobada ayer por el Gobierno, puede plantear situaciones puntuales de dudosa legalidad.

Sería el caso de un ciudadano que no presenta signos de ebriedad y que no acepta someterse a un control (porque tiene mucha prisa, llega tarde a una cita, etcétera). Para el Comisariado del Automóvil, la inmovilización del vehículo no debería tomarse por el mero hecho de l negativa del conductor, sino que "se debería tomar en función de que evidencie o no síntomas de influencia del alcohol, es decir, de que genere o no riesgos en la circulación".

González apuntó que tal vez la norma se anticipa a la posibilidad de que el usuario reclame por los costes de la inmovilización del coche, ya que la simple negativa a pasar un control de alcoholemia ya estaba tipificada como resistencia a la autoridad.

En el ejemplo anterior, en teoría, si un conductor se niega a la prueb puede irse a pie sin someterse a ella, pero dejando el vehículo a la autoridad, que le denunciaría por resistencia y por negarse a someterse al control de alcoholemia.