Wallström hizo estas manifestaciones en una sesión celebrada esta semana en Bruselas, dentro del proceso de consulta iniciado con todos los implicados tras la adopción, en julio, del Libro Verde sobre cuestiones medioambientales del PVC, que dará lugar a la presentación de una estrategia comunitaria a comienzos de 2001.

La comisaria subrayó que la definición de sta estrategia debe contribuir al desarrollo sostenible de la sociedad, la cual implica la economía de bienestar, la justicia social y un entorno más limpio y seguro.

Actualmente, la fabricación de PVC y productos derivados de este material representan un importante sector económico y social, ya que es un plástico de los más utilizados a escala mundial. Wallström también hizo hincapié en la dimensión social de este producto, incluida la eliminación de accidentes laborales y los riesgos para los trabajdores.

La comisaria señaló uno de los aspectos que trata el Libro Verde, que es el uso de ciertos aditivos peligrosos en el PVC, como es el caso del cadmio y el plomo. Dijo que la contaminación por estas dos sustancias ha de eliminarse pronto, abogando por una reducción de los niveles de ambos en los plásticos blandos.