EL COMISARI FERNANDEZ ALVAREZ ACUSA A LOS JOYEROS DEL "CASO CORROTO" DE ACTUAR POR INTERESES ECONOMICOS
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El comisario Javier Fernández Alvarez, procesado junto a otros tres policías en la Audiencia Provincial de Madrid como supuesto autor del asesinato en 1984 de unos atracadores para quedarse con el botín, acusó hoy a los propietarios de la joyería "Viuda de Tornero" de actuar por intereses económicos durante la instrucción sumarial.
Fernández Alvarez, que fue interrogado durane toda la jornada, explicó que en un principio los empleados no reconocieron en el álbum fotográfico que se les mostró a José Fernández Corroto como el ladrón que consiguió huir.
"Qué casualidad que dos años más tarde, de todos los testigos sólo lo reconocen los tres que tienen intereses económicos", dijo haciendo referencia a la propietaria del taller, al oficial del mismo, Francisco Ojeda, y al hijo de éste.
El comisario fundamentó que si las joyas no se devolvieron el mismo día del atraco serí "porque como prueba de delito, habría que fotografiarlas y hacer otras gestiones" y manifestó estar convencido de que los propietarios les ayudaron a realizar el inventario.
Declaró asimismo que éstos no sólo no protestaron porque faltaran joyas, sino que además les felicitaron por su intervención.
"Es más, todavía estoy esperando que acrediten la existencia y la propiedad de las joyas que faltan", manifestó. "Al principio dijeron que el botín desaparecido ascendía a 22 millones y se ha quedado n 7".
CONFIDENTE
Fernández Alvarez repitió que nunca actuó en connivencia con Fernández Corroto y negó tajantemente que éste fuera su confidente. "¿Usted cree que voy a poner a disposición judicial a uno de mis confidentes?", preguntó a una de las defensas, haciendo referencia a un ocasión en que detuvo al delincuente, en marzo de 1984.
"Entonces también faltaba por recuperar parte del botín", continuó. "¿Por qué en ese momento no actué en connivencia con él y en 1988 sí?".
El comisario eseculó que si su intención verdadera hubiera sido la de apoderarse del botín lo habría hecho de otra manera, sin acompañarse de toda la brigada, porque "eran demasiados riesgos para repartirnos 300.000 pesetas, que es a lo que hubiéramos tocado".
Del mismo modo declaró que si hubiese querido matar a Fernández Corroto, como se supone que hizo el 30 de julio de ese mismo año para que no testificara, "no me habría llevado conmigo a nueve funcionarios que se supone son inocentes, puesto que no están procesdos, ni le hubiese llevado a un hospital, sino que le habría dejado tirado en una cuneta".
Añadió que el confidente que le advirtió del robo a la joyería de Atocha fue Moreno Guerra, conocido con "el Pibe", y quien le puso sobre aviso acerca de un robo en el polígono industrial de Móstoles (donde murió Corroto) fue alguien que se identificó como "José", "que me dijo que me debía un favor porque me porté muy bien con algún familiar y pertenecía al mundo de la delincuencia".
Sin embargo, hasta el mmento ninguno de los confidentes se encuentra en la lista de testigos, que asciende a 75 personas, que comenzarán a prestar declaración a partir del próximo lunes y hasta el 4 de noviembre.
(SERVIMEDIA)
16 Oct 1991
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