La idea de organizar esta exposición surgió del ministro de Cultura y Deporte, Miquel Iceta, quien, aprovechando la celebración de una cumbre de la Unesco en México, planteó esta idea a sus homólogos mexicano, peruano, chileno, colombiano, boliviano y uruguayo.

En aquella ocasión, el titular de Cultura explicó que los materiales que se han recuperado del pecio de la fragata española “evoca un momento concreto en el que las relaciones políticas, comerciales y culturales entre España y América eran muy estrechas”. Por esa razón, desde su punto de vista, “las relaciones y la conexión entre los países vinculados a este hallazgo, que se mantienen hoy en día, deben permitir desarrollar proyectos conjuntos desde la cooperación y la colaboración entre todos”.

El proyecto planteado por Iceta se refiere a los países por los que pasó el buque y en los que se acuñaron y circularon monedas. En concreto, los puertos en los que atracó durante su última travesía fueron los de El Callao (Perú) y Montevideo (Uruguay), mientras que, atendiendo a los caudales transportados, se cree que la mayoría de las monedas fueron acuñadas en la Real Casa de la Moneda de Lima (Perú), seguida de las cecas de Potosí (Bolivia), Popayán (Colombia), México y Santiago de Chile.