La campaña, denominada "Oye a los sordos", pretende informar y sensibilizar a la opinión pública sobre los problemas de comunicación de las personas aquejadas de sordera.

Asimismo, FIAPAS quiere recabar el interés de las administraciones públicas, grandes empresas e instituciones sociales sobre las dificultades a que se efrentan las personas con pérdida de audición en sus relaciones personales, en el acceso a la información y a la cultura y, en definitiva, en su integración social.

Según fuentes de FIAPAS, las personas que padecen una deficiencia auditiva grave, de nacimiento o sobrevenida en los primeros meses de vida, tienen grandes dificultades para acceder al lenguaje hablado y a la educación, y sin una detección precoz de esta deficiencia, un tratamiento rehabilitador y una atención educativa adecuada, tendrán seros problemas para su integración familiar, académica y social y para su desarrollo personal e intelectual.

Así, oir el timbre de la puerta, hablar por teléfono, escuchar la radio o seguir los programas de televisión, asistir a clase, hacerse entender en una ventanilla administrativa, entender los avisos en aeropuertos o estaciones de ferrocarril, son algunas de las situaciones que pueden convertirse en auténticos problemas para quienes carecen del sentido del oído totalmente o en parte.

AYUDAS TECNIAS

La implantación de audífonos, según FIAPAS, debe ser el primer paso de un proceso educativo que se sirve también de variados instrumentos brindados por la moderna tecnología: desde transmisores- receptores de FM que facilitan la comunicación profesor-alumno hasta visualizadores ópticos que responden con imágenes a estímulos sonoros, pasando por teléfonos de texto y otros equipos.

FIAPAS calcula que en España existen unas 120.000 personas de todas las edades que padecen sordera profunda y casi n millón que tienen dificultades para seguir una conversación con normalidad, aun disponiendo de audífono.

Sin embargo, según los responsables de la campaña, mientras la sociedad es cada vez más consciente de las barreras arquitectónicas que obstaculizan el desenvolvimiento de ciertos disminuidos físicos, no ocurre igual con el problema que las barreras de comunicación plantean a los sordos, cuya deficiencia auditiva, por su propia naturaleza, suele pasar desapercibida.

Existe también un notable acío jurídico en materia de barreras de comunicación, sobre todo en relación con la señalización visual y asistencia de traductores mímicos en los locales públicos, que la campaña pretende poner de manifiesto.