El eje de esta reunión de los máximos mandatarios iberoamericanos será la situación actual de crisis financiera, según apuntaron fuentes gubernamentales españolas.

Los jefes de Estado y de Gobierno mantendrán un encuentro restringido, sin la presencia de ministros ni de las delegaciones que los acompañan, para examinar las medidas que pueden adoptarse para afrontar la crisis.

Este encuentro restringido ha sido propuesto por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quien considera que es una buena oportunidad para debatir el futuro económico entre los máximos mandatarios iberoamericanos, aprovechando una reunión de tan alto nivel.

En este encuentro, así como en los bilaterales que tienen previsto entablar José Luis Rodríguez Zapatero y el Rey, se intentará buscar los apoyos necesarios de países iberoamericanos que forman parte del G-20 para que finalmente España participe en la cumbre financiera que se celebrará a mediados de noviembre en los Estados Unidos.

Pese a que la situación económica centrará los debates, la cumbre iberoamericana mantendrá su lema de "Juventud y desarrollo", aunque los jefes de Estado y de Gobierno tendrán presente casi con toda seguridad en todas sus intervenciones la situación económica.

Respecto a la cuestión específica de "Juventud y desarrollo", habrá una declaración conjunta con compromisos concretos, porque los países iberoamericanos consideran que atajar la marginalidad y la pobreza de América del Sur pasa en buena parte por fomentar la integración y la educación de los jóvenes.

Actualmente, 120 millones de habitantes de Sudamérica son jóvenes, y los gobiernos de la zona quieren hacer hincapié en políticas de educación e integración para frenar problemas como el narcotráfico y la violencia.