Entre los acusados se encuentra José Gomes Pires Coelho, al que el fiscal considera en su escrito de acusación como el jefe de la organización. Pires tendría que sentarse a partir de mañana en el banquillo junto a una veintena de presuntos narcotraficantes, de los que sólo siete permanecen aún en prisión, aunque el viernes pasado aún se encontraba en paradero desconocido y fuentes procesales no podían asegurar que asistiera al juicio.

El fiscl pide para la veintena de acusados 355 años de prisión y más de 492 millones de euros en total por los delitos de contrabando, contra la salud pública, blanqueo de capitales, tenencia ilícita de armas, falsedad en documento oficial e insolvencia punible. En su primer escrito de conclusiones provisionales, la Fiscalía pide para Pires Gomes 32 años de prisión y multa de 110 millones de euros.

Los otros acusados son Logman Ghodsi Maboobalam, Losé Eduardo Carracedo Serrano, Gabriel Carracedo Rey, Gregori Fernández Antón, Lino Tomaso Floris, Manuel Alberto Pavia, Rui Miguel Teixeira Costa, Gloria Güel Graus, Didac Fernández Güel, Silvia Claudia Marques dos Santos, Ramón Yáñez Vázquez, Juan Carlos Rodríguez Loureiro, Frederick Adjei, Mohamed Sharif Ahoun Bar, Michael Fraser, Al Ghaderi, Davut Çakiroglu, María del Carmen Aparicio Romero, Manuel Jaime de Lopo Blanco, Aurora Sedeño Raspeño y Simin Lofti Javid.

La operación la dirigió la UDYCO Central de Estupefacientes. El primer alijo, 297 kilos de heroía, se descubrió en el polígono "Jumapy" de Alcalá de Henares. El envío estaba oculto en un contenedor hueco. La heroina estaba bien embalada en 297 paquetes de un kilo.

Posteriormente, los policías localizaron en un paraje solitario de bosque situado en la localidad de Maqueda (Toledo), media docena de zulos, cavados en la tierra, con 21 kilos de heroína y 52 kilos de cocaína, además de varias armas.

Transportaban la droga desde Holanda, utilizando como tapadera varias empresas de transporte de mquinaria pesada en la que, supuestamente, introducían la droga oculta.

La trama financiera de la organización ligada al aparato de narcotraficantes turcos, la controlaba en España una familia con domicilio en la localidad madrileña de Móstoles.