El comercio al por menor español aplica una media de sobreprecio a los productos del 24,3%, el segundo más alto de todos los países europeos analizados y Japón, por detrás de Alemania (28% de margen bruto).

Además, el margen neto que queda a los comerciantes después de cuadrar sus cuetas también es elevado, ya que supone el 2,17%, si bien España ya se sitúa por detrás de Holanda y Alemania.

Esto significa que las empresas españolas tienen un mayor poder de mercado que la de otros países europeos, lo que les permite trabajar "con elevados márgenes brutos, recuperar costes y obtener altas rentabilidades", según el estudio.

Sin embargo, el análisis de los costes muestra una situación de escasa competitividad de las empresas españolas. Los costes de personal, 13% del total, son ls más altos tras los de Holanda y Japón y los costes de explotación (23,2%) sólo son superados por Alemania.

"En conjunto, se puede afirmar que la reducida productividad del comercio minorista se ve compensada por los elevados márgenes brutos que introduce en la distribución", añade el informe.