Esta iniciativa municipal fue presentada hace un mes y medio por el Ayuntamiento de Madrid y prevé peatonalizar varias calles del barrio de Embajadores, en el que se restringiría el paso de los vehículos, como se ha hecho en los barrios de Las Letras y de las Cortes.

Según los organizadores, más de 5.000 personas son las que han participado en "la primera manifestación abanderada por trabajadores chinos que se celebra en Europa". Según la policía, fueron 2.000. En cualquier caso, eran empresarios y empleados de los comercios de Lavapiés, entre los que habían españoles, chinos, magrebíes e indios.

Europeos, africanos y asiáticos finalizaron una manifestación multirracial en la Plaza de la Villa, dedicando un sonoro abucheo y una estruendosa pitada al consistorio.

Tras partir la marcha desde la Plaza de Tirso De Molina, cuyos alrededores pretende peatonalizar el Ayuntamiento, según su Plan de Movilidad, trabajadores negros, blancos e hindúes, orientales y occidentales, recorrieron algunas calles profiriendo gritos como "Nosotros no robamos, nosotros trabajamos", "Gallardón, especulación", "Con este alcalde vamos de culo" o "Gallardón, fascista, somos mayoristas".

Durante el recorrido, que llegó a transcurrir por la Puerta del Sol, fueron visibles pancartas en las que se leía "No al cierre del tráfico", "Cierre de Embajadores=Despidos", "Comerciantes y residentes, todos somos vecinos", "No al cierre de Embajadores. Sí a la movilidad" o "Sí a la protección del mercado mayorista histórico".

Acompañados de gritos de "No al cierre", proferidos por manifestantes, representantes de la plataforma de asociaciones del barrio de Embajadores entregaron a las puertas del Ayuntamiento un escrito en el que solicitan ser recibidos por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.

Después, se leyó públicamente un comunicado en la misma Plaza de la Villa. Felipe Chen, portavoz de la Asociación De Comerciantes Chinos, denunció que el cierre al tráfico de vehículos en el barrio de Embajadores "obligaría a los comerciantes a cerrar todos sus negocios, con lo que el barrio se quedaría sin comercios y volvería a ser igual que antes, con los mismos índices de delincuencia".

Chen se mostró de acuerdo en potenciar la movilidad en la zona, "pero nunca cortando el tráfico, sino trabajando más en profundidad las tres partes -empresarios, vecinos y Ayuntamiento- de forma conjunta". "Si cortan la circulación de vehículos, nosobligarán a todos a marcharnos, el barrio se quedará vacío, sin hostelería", agregó.

"La gente no podrá venir si cierran la circulación y no nos quedará otra alternativa que marcharnos", añadió. Chen afirmó que, con el cierre de comercios mayoristas y otros establecimientos, se perderán puestos de trabajo. Estimó que se verían afectadas en total 15.000 personas, "más sus respectivos familiares".